Puede que muchas personas se pregunten... ¿Por qué fotografiar el mundo? ¿Por qué tiene
que haber una foto de cada viaje, de cada fecha importante de tu vida?
Yo lo tengo claro: UNA IMAGEN
VALE MÁS QUE MIL PALABRAS
En las fotografías, en esa simple hoja de papel o ya en nuestros tiempos, en esa
simple pantalla que todos miramos
con entusiasmo al ver una foto bonita, podemos alcanzar miles de sentimientos,
millones de emociones, aunque
también existen imágenes que nos crean un nudo en el estómago.
A mí me parece fascinante
poder inmortalizar cada momento, cada persona, cada paisaje... Me parece fascinante poder sentir lo que siento cuando
comienzo a ver fotografías de hace
mil años, cuando salen de nuestra boca frases como: "vaya ropa nos ponía
nuestra madre", "¿te acuerdas de lo bien que lo pasamos?",
"Lo que daría por volver allí" o un simple "qué tiempos aquellos..."
Una foto es capaz de llevarnos a un momento concreto, aunque sucediese años antes...
Una foto te acerca a aquellos que más quieres cuando no
puedes estar junto a ellos...
Una foto te enseña a conocer ese universo al que no podemos
llegar...
Una foto te presenta a esas personas que se fueron del mundo antes que tú llegaras y te da la
posibilidad de conocerlas...
¡Una foto te da vida!